domingo, marzo 12, 2006

¿Profe no más?... ¡PROFE NO MÁS!... ¿Qué me dice usted?

-Tengo maña- fue casi con puchero.

-Pero vamos al cine, se te pasará, nos juntamos en el café de la rosa, pedimos un helado de esos groseros y de ahí pasamos a ver que dan en el Biógrafo- sonó un beso al otro lado de la línea y cortó.


Encendí el segundo cigarrillo, cuando la divisé venir, tuve tiempo para pensar: no sé qué me gusta más de ella, tal vez su aspecto impávido frente a mis estupideces y provocaciones, sus ojos de gata al acecho, o como se ilumina su cadera izquierda con la escasa luz de vela cuando no dormimos en casa, esa mezcla virginal de niña pervertida, o cuando excede su labio inferior (como haciendo puchero) poniendo ojos de pena y juntando sus dedos índices, imitando el icono del MSN… no lo sé, pero aquí estamos juntas otra vez, esquivando nuestros labios, con ansia por nuestras manos, nos observamos de reojo, nos reímos, comentamos nuestros blog, como se han ido perfilando y desperfilando, apostamos por escribir algo juntas, tal vez en un rato más, se terminó el helado.


-¿Caminamos?-


-¡Caminamos!-


Aún era temprano para pasar al cine, seguimos por Merced saltando libros, hasta que llegamos a una banquita frente al Bellas Artes, casi entrando al Forestal… croqueras en manos y plumas en guardia, ella me escribía y yo la dibujaba, para personas como nosotras no hay mañana, por eso no podía evitar sentir:


-me quedo contigo, así, ahora-.


Nuestros tiempos siempre eran mágicos, hasta que recordábamos el asunto de mi no empleo y su trabajo, su horario y mi diario bajo el brazo, en fin, entre minucias divisé que una pareja de jóvenes se acercaba, de esos con aspecto de beneficiarios de proyectos psicosociales, en los que suelo trabajar, en otras palabras un par de delincuentes juveniles, colecciono un par de anécdotas en sectores de Puente Alto y San Bernardo, con aroma a hechizas, platinas y otras hierbas.


-Nos van a asaltar- alcancé a murmurar a mi niña, sólo me miró.


Llegaron pavoneándose, él guiaba, pero ella daba las órdenes, así que me aferré a sus ojos tristes de niña con rabia.


-Qué hací?... Cuántos años tení?... Trabajai?... En qué?-... preguntaba él en desorden, mientras me daba la pega de responder todo lentamente.


-No soy muy joven pa’ ser profe?-


… casi le agarré cariño por eso –treinta años no es muy joven para ser nada-


-Yo soy ladrón, no me gusta que me manden, me tengo que puro salvar, por ejemplo, si veo dos señoritas como ustedes y les pongo la pistola en la cabeza y les digo que me pasen la plata-


(la compañera me miraba a los ojos, le tocó el hombro) -pero pa’ qué nos vamos a ir en esa, "la tía" es profe-


-ya poh, (levantó una ceja, como mostrando solía hacerlo) pasa la plata-


me sonreí, abrí el bolso hacia él comentando -para eso tendría que tener plata, y ando con un libro prestado (cuando le comenté a Lito casi grita, jamás me perdonaría si le pierdo algún libro del Rubem Fonseca) y mi croquera… no me quites el libro, por fa’.


Su compañera no dejaba de hablar de las profes mala onda que le habían tocado, que le habían metido la cabeza en un lavatorio y le tiraban las orejas y el pelo –uste’ le ha pega’o a algún alumno?-


-Jamás mi niña, jamás tocaría a un alumno- la miré y mientras le tomé una mano, le pregunté -¿Me crees?-


Como que no me escuchó, miró a su compañero –Vamos, hay que salvarse-


-Ya poh señoritas, ha sigo un gusto... (él me tomó del hombro) mire, usté, no es ingeniero, abogado… ni siquiera arquitecto; es profe no más, y en este país, los profes no tienen na’: CUIDESE- lo dijo con cariño y convicción, mientras en la mira ya tenían una presa pudiente que los salvara.


Miré a mi niña, que en el tira y afloja verbal, le había entregado los cigarros al no tan pendejo, -¡menos mal que pensó que también era profe no más!- nos reímos, aunque a mí ya no me causa tanta gracia.

7 comentarios:

anónimo dijo...

Niñas...

Anónimo dijo...

Me gustio muchio el cuentio...

me sentí extraña al haber pasado por profe...aunque lo he oficiado, el titulo no lo tengo y no por eso digo: no más....
Gran susto, aún me veo corriendo jajaja y ellos al menos eran asaltantes no más... ¿o no? jejeje.

un beso y mil más.

@Igna-Nachodenoche dijo...

Buena lección de prosa hábil.

Solo en la Oscuridad dijo...

Genial la historia, como siempre genial, que hace llevarnos a vivirlo en cada una de sus palabras

Saludos y un buen fin de semana

MentesSueltas dijo...

Escribí un mensaje para ti.
Un abrazo
MentesSueltas

Roberto_Carvallo dijo...

que mala manera de comenzar una cita con seres queridos...muy evocador el relato... muy sugerente como todos tus escritos...

adios...y tengo muchas dudas sobre tí y quien.... eres, si alguna vez te vi pasear por los patios del cosaco...solo dudas...
y todavia sigue en pie ...mi invitación a una cerveza...

solo para conocer a una colega.

saludos y adios.

Dedo Idiota dijo...

Para anónimo: niñas?... niñas!... NIÑAS?!...

Para el usuario anónimo: siiii… tremendo susto, ya te veía corriendo por el forestal… pero en eso te equivocas, porque eran asaltantes y consumidores de pasta: estaban grises!!!.

Para Mr. Hyde: mis mundos le fascinan?... y yo me fascino sostenida en su mirada…

Para Ignacio: gracias! como ve, puede resultar un útil mecanismo de supervivencia.

Para Sólo en la oscuridad: nos leemos, nos gustamos, extendemos nuestros mundo en verbo del otro: gracias!

Para MentesSueltas: sus imágenes son bellas y sus palabras gratificantes.

Para Roberto_Carvallo: creo que es un poco injusta nuestra situación, yo aún en la oscuridad y usted expuesto, pero también soy Caronte (tal vez recuerde algo del barquero) en el msn, por esta semana estaré en Mckondo, tal vez podamos vernos... otro dato: cursaba el 4°A (humanista) de su misma generación.

un abrazo y mil gracias por la compañía en este viaje sin vueltas.