martes, mayo 23, 2006

¡la Justicia es una perra negra!

para tus manos extendidas
para sus ladridos de perro mayor
y para su cola metida justo
…justo en pleno de mi vacío
(…bueno, ya no tanto)



desde mi sesgada perspectiva, creo que “justicia” y “humildad” son a mi juicio, que goza de muy mala reputación, los conceptos con mayor dificultad para acceder a su definición, comprensión, integración y por supuesto, aun más a su aplicación; esta vez sólo me referiré al primero; Facundo Cabral decía: “la Justicia es una vieja que viste harapos, la conocí en la bohemia y me dijo: tengo tres hijos: el primero se volvió loco, el segundo lo han crucificado y el tercero… el tercero no ha llegado”
ella tiende a ser exigida y demandada, hay que considerar que cualquiera de estas acciones atenta directamente en la esencia del concepto en su significado: “lo que YO le debo al otro”, es imperativo y de carácter autoexigente, no quiero pensar en las conductas aprendidas en forma punzante y vertical, que en nombre de la “justicia” se ostentan y profesan, como “solidaridad” y/o “limosna”, convirtiéndonos en almas elevadas… por sobre el otro… ¡qué justo!.

toda esta introducción, es sólo un marco alegórico para compartir un evento que ha golpeado dulcemente mis días, les podrá parecer un estado eufórico propio de un depresivo en su etapa maniaca, en un infructuoso afán de tejer redes invisibles, pero por formación… ¿o deformación?, me niego a creer en casualidades, me gusta mucho más la idea de acto simbólico, o desde una perspectiva junguiana, trato de hacer lectura al inconsciente colectivo

-es una labrador, negra… es tuya- me ve y mueve la cola, es rápida para aprender, una hedonista en su naturaleza, está algo rechonchita y se ve divertida cuando come sentada; había tenido dos gatos, uno era “Azrael”, que es un demonio del desierto y su hijo “Mara”, que es un demonio en la India, mi idea era continuar la descendencia demoníaca, pero la sugerencia me resultó agradable –Dana, creo que tiene una “h” en alguna parte, tal vez quiera decir algo- el diccionario etimológico acusó su origen Hebreo, Dana, sin h, quiere decir “Justicia” y llegó metiendo su oscura cola en mis días, sin esperarlo y sin aviso.

-GRACIAS-


9 comentarios:

org@smo dijo...

YO sabía que significaba algo... claro que entre el hebreo y el latín hay una pequeña distancia jeje...

Y además es una justicia con collar no con venda en los ojos jojojo

Gracias a DANA...

Un beso y mil más...

org@smo dijo...

Hap y DANA ya me debe algo... no dire que es, claro esta... pero lo sabes bien...

Otro beso y mil más...

GISOFANIA dijo...

ah, los conceptos, esos cadáveres de la verdad...

Natalio Ruiz dijo...

Como un perro que sigue sus instintos y su corazón, asi hay que aplicar la justicia y humildad... sólo con los que lo merecen, con los que nos dan de comer abrazos y/o besos, los demás se pueden ir al carajo de la justicia.

Amapola dijo...

Justicia...me declaro incompetente

@Igna-Nachodenoche dijo...

Ya se sabe de tiempo, que la justicia es ciega, y aún me pregunto porqué le pusieron la venda en los ojos...

anónimo dijo...

No hay derecho.
No hay tal.
No hay, no hay...
...ni nunca habrá.
.

Dedo Idiota dijo...

Para Orgasmo: uff, no es justo hablar de deudas ahora… o si?... jajajaja

Para Hades: esto sería algo así como una post muerto!?

Para Jhony: ufff, las estadísticas suelen ser indicadores interesantes de las tendencias… esta vez se sumo. Gracias

Para Natalio Ruiz: nunca perder el olfato… hay que ser fieles a los instintos…

Para Amapola: todos linda… todos

Para Ignacio: dicen en la mitología griega, que es para dejarse llevar por las apariencias… y ceñirse a lo que dicta su corazón

Para el cuervo: me temo que en tomas… pero no escolares jajaja; gracias por preguntar, pero me temo que las publicaciones no tendrán la misma frecuencia…

Para Anónimo: seguro habrá izquierdo… decía Silvio!

Roberto_Carvallo dijo...

ese cuervo siempre exigiendo...cosa ...me enerva ese pajarraco...

debería sacar un par de pilsenes mejor.

en relación a la perra negra, una vez patíe una, y esa indefensa perra gimió de dolor... me conmoví y desde ese momento me prometí nunca más volver a patíar la perra...
fue mi mejor acto de justicia...


adios colega.