viernes, julio 14, 2006

sIlEncIo a trEs vOcEs... y dOs tiEmpOs


hoy sólo tengo ansias
de arrancarme de cuajo el corazón
y ponerlo debajo de un zapato

Miguel Hernández

he dividido mi esquema mental, como a un escenario Ramón
ingresé desde la esquina derecha y adelante
en forma diagonal
hacia el recuadro izquierdo atrás.
vestida de un desnudo pudoroso casi pueril
en actitud temblorosa y animal.
el labio superior levantado convulsivamente
dejando ver los colmillos.
…te presiento
… te huelo.
ayer encontré los restos de una mariposa
entre nuestras sábanas blancas
.
y un latido insultante
como un trueno al cielo
como la supuración de las carnes violentadas desde dentro
.
-HE PECADO-
(no hay tono en la línea)
.
fetos añejos, escondidos,
arrebatados por las sombras
que irrumpen el frío del cuarto carpiano.
…si no estás entre mis piernas
eres demasiado lejos.
de espalda el hijo deja caer entre sus piernas
una muñeca sin párpados
pondrá su puño dentro de mis fauces
arrastrando sus rabias por la superficie áspera de mi lengua inerte
ojos húmedos en los bordes
contrastan el fondo de corneas pulidas en hielo seco
.
late en voz evidente
.-NO HAY PALABRAS-.ceño fruncido en halo inquisidor.-TRAGADO EL VERBO-.su silencio introspectivo aulló en el mío
… justo en medio de mi palma abierta tras la nuca húmeda

lunes, junio 19, 2006

¿analfabeta emocional... o ataque al hígado?


arránq ueme, señora,
las ropas y las dudas
desnúdeme, desdúdeme

Noche
Eduardo Galeano


La sensación térmica bajó desde el lunar en la planta de mi pie izquierdo, como un cosquilleo a veces doloroso, se extendió en forma dispersa por las piernas; a la altura de los hombros, atrás, un ácido metálico hizo su recorrido punzante y ascendente hasta enjugar el paladar.

En la cabeza sus palabras tenían eco y podría jurar que vi titilar en alguna parte: “NO HAY SISTEMA”.

El corazón se desbordó, quedó pendiendo con un latido de la última costilla del lado derecho, se contuvo como en contracción para no seguir la caída libre.

No sé, cómo no me di cuenta antes, pero la cama es inmensa y tal vez porque dejé de respirar un momento, juraría que el techo estaba más alto que de costumbre; durante un segundo el silencio fue absoluto, incluso los grillo que siempre hicieron gala de sus cortejos, esta vez brillaron por su ausencia… fue un segundo… pero se me hizo eterno.

Supongo que a eso se refiere mi hermano virtual, cuando dice que –“el cuerpo es un lector emocional”- frente a lo que debo declarar, con mucho pudor, que me siento analfabeta, -¿estás seguro, Octavio, que estoy descifrando un mensaje emocional… y no estoy teniendo un ataque al hígado?- ... ahora que lo pienso, puedes añadir a mi anamnesia, que justo antes dijo:


-te quiero… porque te quiero-

domingo, junio 04, 2006

lA tOrrE


aquí está la piedra, la insignificante.
ciertamente vale poco en cuanto a precio.
será desdeñada por los ignorantes,
pero tanto más amada por los sabios

Arnaldo Vilanova
Alquimista

-si la entropía es afuera, también lo es adentro- ...si bien el tono puede ser un poco irónico, a veces es mejor escuchar a los buenos enemigos y detenerse a pensar con sentido, para no caer en las garras de la incertidumbre y desordenar las piezas de este ajedrez carnal, hay que procurar eso sí, ser el rey en su propio juego, sería muy triste sólo ser carne de cañón o jugar un rol secundario en su propio tablero.

me he detenido a observar desde una estación de tiempo, entre viñas, queltehues y tus bordes un abismo añejo; lo sé, si quisiera suicidarme, lo podría hacer saltando desde mi ego, pero no, el gran Nietzsche me ha inspirado, pero aún no he logrado convertirme en ese hombre moralmente libre, me niego a terminar de construir mi destrucción

me repliego en una contracción constante y puntillosa, sólo para reconocer los rincones remotos de estos muros opacos que soy, me reflejo en el arcano carente de extensiones de sentidos, con cada hemisferio expulsado del sí mismo por ese algo, que ni siquiera me atrevo a nombrar, sólo hoy percibo en forma visceral “vocatus atque non vocatus deus aderit”


la aparente destrucción ha elevado los muros de esta fortaleza rústica, extensa que late, que arde en gemido constante y creciente, me he labrado desde tiempos, en memorias ajenas, mañana inmensas… en mi alma he dibujado un letrero amarillo con grandes letras que dice –DISCULPE LAS MOLESTIAS, ESTAMOS TRABAJANDO PARA USTED- la alquimia del alma sabrá forjar en estos metales, la savia que le dan sentido a esta sombra pequeña de psicópata itinerante… saludos estimados, por si a veces me pierdo... saludos estimados por si otra vez muero

martes, mayo 23, 2006

¡la Justicia es una perra negra!

para tus manos extendidas
para sus ladridos de perro mayor
y para su cola metida justo
…justo en pleno de mi vacío
(…bueno, ya no tanto)



desde mi sesgada perspectiva, creo que “justicia” y “humildad” son a mi juicio, que goza de muy mala reputación, los conceptos con mayor dificultad para acceder a su definición, comprensión, integración y por supuesto, aun más a su aplicación; esta vez sólo me referiré al primero; Facundo Cabral decía: “la Justicia es una vieja que viste harapos, la conocí en la bohemia y me dijo: tengo tres hijos: el primero se volvió loco, el segundo lo han crucificado y el tercero… el tercero no ha llegado”
ella tiende a ser exigida y demandada, hay que considerar que cualquiera de estas acciones atenta directamente en la esencia del concepto en su significado: “lo que YO le debo al otro”, es imperativo y de carácter autoexigente, no quiero pensar en las conductas aprendidas en forma punzante y vertical, que en nombre de la “justicia” se ostentan y profesan, como “solidaridad” y/o “limosna”, convirtiéndonos en almas elevadas… por sobre el otro… ¡qué justo!.

toda esta introducción, es sólo un marco alegórico para compartir un evento que ha golpeado dulcemente mis días, les podrá parecer un estado eufórico propio de un depresivo en su etapa maniaca, en un infructuoso afán de tejer redes invisibles, pero por formación… ¿o deformación?, me niego a creer en casualidades, me gusta mucho más la idea de acto simbólico, o desde una perspectiva junguiana, trato de hacer lectura al inconsciente colectivo

-es una labrador, negra… es tuya- me ve y mueve la cola, es rápida para aprender, una hedonista en su naturaleza, está algo rechonchita y se ve divertida cuando come sentada; había tenido dos gatos, uno era “Azrael”, que es un demonio del desierto y su hijo “Mara”, que es un demonio en la India, mi idea era continuar la descendencia demoníaca, pero la sugerencia me resultó agradable –Dana, creo que tiene una “h” en alguna parte, tal vez quiera decir algo- el diccionario etimológico acusó su origen Hebreo, Dana, sin h, quiere decir “Justicia” y llegó metiendo su oscura cola en mis días, sin esperarlo y sin aviso.

-GRACIAS-


domingo, mayo 14, 2006

Madre hay una sola... ¡...y jUstO mE tOcó A mÍ!

Para Démeter
he tenido la fortuna
de reconocerte mujer
saberme madre
…recuperarte
…y amarte

para mi madre de espíritu
para mi madre de corazón
y para mi madre de piel

Todas Diosas De Mi Mundo Real
Perséfone

…fue un comentario lapidario pero muy sincero en la última obra que escribí en el colegio: “como moneda de diez pesos”, conformamos un grupúsculo estomacal que adolecíamos de dios y ley, nos llamábamos: “en el nombre del fraude” bueno, no hay certeza de que las cosas sean distintas, pero ese no es el punto, las palabras que se usan son el reflejo de lo que piensas/sientes, aunque no siempre en forma literal, como la visión las imágenes tienden a voltearse

mi madre fue por mucho tiempo, todo lo que yo deseé no ser, convirtiéndome en mi no/madre… de una perspectiva muy junguiana, aferrando mi máscara a su sombra. Traté de desgranarme o borrar los factores que me hacían desperdicio heredado: los ojos y la locura del padre; la sonrisa y melancolía de la madre, si te despojas de los parecidos sanguíneos, como deshojando una flor ¿sabes que queda? ¿has hecho el ejercicio?...

lo hice y quedó un temblor frágil, por mucho tiempo me puso de pie la rabia y el dolor, cuando ese temblor adquirió fuerza, albergó memorias y lugares sepias, caminé hacia atrás, mi vientre emocional se abultó en forma cruel y sombría; supongo que es lo llamado nigredo, por los alquimistas; cuando ingresas en tu propia imagen encarnada y eres capaz de parirte a ti mismo, arrancando los nutrientes que te acompañaron en la gestación y que hoy conforman un exceso

-ese yo en el espejo de un mal sueño, me mostró en vidrios empañados por el ocre, su cabello en mis piernas con los aparatos ortopédicos, evidenciando mis ejes carnal y mental torcidos, aunada su rabia con la mía y un abismo por mirada que no trasciende-
una vez abortada el velo semántico y la sangre en su sentencia, sólo cuando el cordón ostenta un límite… me he creado libre de voltear la mirada: para amarte, abrazarte y distarme… vuelvo a mi averno.

sábado, mayo 06, 2006

¿desde qué perspectiva sabes la belleza?


me siento como Toulouse Lautrec… bueno guardando las proporciones y una versión bastante más criolla, pero de alguna forma ostento de un prisma privilegiado, no sólo se trata de estar en un lugar, sino de saborear cada una de las imágenes que transitan alrededor, tratando de capturar ese sabor a alma que tiene cada gesto, en este tránsito de suburbios espirituales la noche es mi mejor escenario

¿te has detenido a pensar como se modifican las estructuras físicas de los habitantes nocturnos?

…si nos ceñimos al principio alquímico que indica “lo de abajo es como lo de arriba y lo de arriba como lo de abajo, para obrar los milagros de una sola cosa” no es tan temerario afirmar que los rostros que albergan las sombras, se alimentan mutuamente; es decir, entre faz & alma hay semejanza y viceversa, dicho de otra forma, los rostros son trazados en forma de bitácoras de nuestro universo interno.

la estufa es a leña, exquisita, ahí están reunida cinco putas desocupadas, una colorina alta, una pachacha de rasgos indígenas, dos con cara de menor de edad que dan miedo y una señora de aspecto de dueña de casa que tiene una sonrisa limpia y dulce, bueno es la única que me mira sin odio, se supone que aquí no entran mujeres, se acercó a pedirme fuego y casi en forma maternal entabló conversación

me causó gracia cuando llegó “mi primer cliente”, mis amigos se pusieron de pie rodeándolo y tratando de sutilmente explicarles que “la niña”, o sea yo, no estaba en venta, que los acompañaba y cosas así, me sonreí afirmando la vista en un punto del horizonte, la niña a esa hora se había topado con el fondo de la copa varias veces, ya no era tan “docente” ni parecía tan “decente”

en la mesa de al lado un hombre mayor, una mezcla entre Pablo Neruda y Volodia Teitelboim, ensalzaba a una de las niñas, ofreciendo disculpas por ser quien era, la trataba como a una princesa, la miraba como un quijote apagado por los años agradeciendo la belleza de esta Dulcinea, altanera de sus años mozos, besó sus manos y le susurró versos tal vez de su autoría

en mi mesa, mis amigos arreglaban el mundo entre política y poesía… ¡siempre terminan empeorándolo!.

más allá una pareja baila un tango, él, un semental de aspecto camionero y ella una mujer mayor, de piel oscura y aspecto deficiente, frente demasiado amplia y muy descuidada, no dejaba de ser una imagen grotesca en muchos sentidos; sin embargo nunca he visto una mujer más coqueta que ella… la palpé hermosa, me lastimé de su sonrisa tan verdadera, tan simple… tan mujer, que me dio pudor no rozar sus deslindes de hembra, me supe varona herida, agradecida de los excesos de mis sentidos y mi falta de lógica, que sumaron tanta carencia, daño y sin embargo resultaron “belleza”… me cautiva, esta noche soy una fausta sombra entre las sombras

sábado, abril 29, 2006

¡el suicidio es un pecado...!


-se ahorcó- y sentí la tensión de la soga aprisionando mi cuello y sus pies sin encontrar el piso, imágenes que se agolparon en búsqueda de indicios… ahora parecía todo tan claro.

“dada” era un frasco pequeño, aunque era un hombre alto, un alcohólico de buena facha, amplia cultura, de rasgos esquizoide y un sentido del humor muy negro.

la familia es la que nos toca no más, nada de opciones, pero para mí, él era el poeta que no escribía, no hablo de simples transgresiones a la norma, hablo de locura; nos veíamos sin mirar, nos admiramos hasta el amor: nos elegimos cada día.

el escritor de “la cara del Juanano” me dijo una vez –los hombres con alma de demonio, se reconocen, se saludan y se van-
los años de vida de mi hijo, son los años de muerte de mi padre y no hay herida que el tiempo no sane, eso nos ha permitido mirarnos con mi madre sin juzgar, ambas hemos remendado nuestros corazones -¿qué sentiste cuando supiste que eras hija de un homosexual?- era curioso el valor adquirido para poder mencionarlo y hablarlo entre su cigarro y mi cerveza.

-elegida… los motivos pueden ser muchos, pero “dada” me eligió a mí- por eso todas las noches son lunes, aún me sorprendo esperándolo, entre mis cuadernos retengo sus besos y me pillo riendo de sus comentarios, cuando por fin los entiendo:

-¡el suicidio es un pecado, mínimo un error… pero en su defecto, es el último!-

viernes, abril 21, 2006

¿qué clase de pregunta?... ¡qué clase de respuesta!


tenía los ojos irritados, usó torpemente todo el repertorio verbal que tenía para hacerme sentir culpa, compasión, dolor, vergüenza; nunca he necesitado hacer mucho para provocar en el otro el daño o el bien que me otorgan.

Jelena siempre me dice que le recuerdo la necesidad que confesaba “Amelie”, (nos gustó mucho esa película) de tener un enano que le susurrara la palabra precisa en el momento perfecto; bueno, según ella, no siempre como una ventaja, yo venía con ese enano incluido.

respiró con hostilidad y no siempre era capaz de mirarme a los ojos, lo sé porque nunca dejo de observar a quien está frente a mí; gritaba insultante, se apretó la cabeza, a veces sólo los ojos, se molestaba de sí mismo, descubriendo en la medida que verbalizaba sus acusaciones, dando cuenta de sus culpas, o la poca importancia que tenían frente a esta escena de ruptura.

el escritorio que nos separaba, recibió las patadas y puñetazos por mí; yo seguía marcando el ritmo aletargado de mi respiración.

agachó la cabeza, apretó sus puños abrazados el uno contra el otro y con la misma intensidad todo el cuerpo, respiró fuerte y duro, sus ojos se secaron.

hizo un gesto similar al mío cuando enciendo un pitillo, entre las sombras, para escuchar bronces, en mis tardes cansadas después del trabajo.

volvió a respirar más relajado, se inclinó un poco en la silla, para observarme con distancia, deslizó uno de sus dedos por la cubierta del escritorio hasta llegar al primer cajón, lo abrió y de él sacó un arma, el revolver que había sido de su padre y lo cargó frente a mí… una gota de sudor se desliza por ese rostro que ya desconozco, mientras apunta hacia mi cabeza.

-¡dame un motivo para no disparar!-

me incorporé, con la cara a la altura del arma, me distraje cuando de fondo veo un cuadro en donde el joven Dalí era un testigo minucioso, recordé la pregunta y sin pensar dije:

-no tengo ninguno- me acaricie la barbilla y con una característica sonrisa de medio lado lo miré –¡dispara!-

sábado, abril 15, 2006

¿tE cUentO Un cuEntO?



para tus zapatos abandonados,
las monedas de chocolate,
los besos enviados en la luna
y los cuentos contados
cuando el sueño no besa;

cuando yo sea grande:
quiero ser como tú.

¡feliz cumpleaños mi hombrecito!
mamá

-te ves hermosa como la noche- me coqueteaba escondiéndose entre el vestido, cuando aún éramos una familia (papá, mamá e hijo)

él, se esmeraba en declaraciones de amor, corría cuando no era observado, besos pegoteados de dulces –te amo- miraba a todos lados, como si hiciera algo grave, advirtiendo –no se lo digas a papá-

después vino la separación, no entraré en detalles, pero salí de esa casa sólo con mi mochila y en ella me faltaba toda la vida; ahí entendí eso de que entre amor y odio hay un sólo paso –tú no eres mi madre- acepté los golpes, los gritos y los insultos, luego vinieron los psicólogos y las abuelas se esmeraban en oraciones

-la sangre no es de agua- decía un enemigo poeta y debe ser por eso, que de nostalgia, me puse los zapatos viejos de mi hijo, hoy cumple once años, mide cuatro centímetros menos que yo y siento que es inmensamente más grande, cada uno de nuestros encuentros es una declaración de piedad

cuando vi su rostro por primera vez, me enamoré de sus ojos perfectos, lo deshojamos en parecidos sanguíneos

hoy me embeleso nuevamente de esos ojos –¿a quién me parezco mamá?- su mirada tiene un aire insidioso –bueno, ahora que te veo con detención… mmm, te encuentro igualito, igualito a ti- se sonríe escudriñando mi alma

-¿te cuento un cuento, mamá?- mira el techo como buscando un buen inicio, dejo caer mi cabeza sobre sus piernas y sus manitas de ayer se deslizan suave sobre mi rostro como si me volviera a crear, mientras susurra con aroma de dulces –te amo-

…y colorín colorado… este cuento pegoteado …espero no haya terminado

viernes, abril 07, 2006

Ajedrez Humano... Final

"VARONAS"


su respiración nos despertó, pero como en acuerdo, ninguna abrió los ojos inmediatamente, la aprisioné contra mi pecho asegurando que no se apartaría, mis brazos se sabían plenos de blancura fresca, mi mano se deslizó sobre las líneas dulces en la faz de mi diosa felina, tomamos aire y lo contuvimos como para zambullirnos; quisimos comprobar que en nuestra habitación, en nuestra casa, en nuestro mundo, sólo éramos “nosotras”; sin embargo una bruma, esa especie de niebla espesa, tardaba en disiparse; ninguna trató de ocultar la nostalgia… ¿aún éramos tres?

ella levantó solemne su mano, como alzando una copa imaginaria –salud Lucifer- un escalofrío pareció estremecer los trigales, y un silbido recorrió la casa, la luna colándose por una ventana me dejó ver su mirada antigua, esbozó una sonrisa, acurrucándose volvió a trazar mis sueños; nuestras mentes oprimidas a un pasado común, sometieron nuestras vertientes en caminos recíprocos.


a nuestras espaldas sólo cabían el trigo que se erguía como ancestros y cubría nuestros silencios de silentes susurros, frente a nuestros ojos la vid se desgrana recordando antiguas bacanales, el futuro se esconde en los reveses de nuestras sábanas, mientras las estrellas se lastiman de sus ojos, el vuelo de un cuervo nos recuerda las sombras que nos preceden en afán de malos augurios, extendiendo nuestro imperio melancólico desecho de latidos… delicias de niñas indecentes condenadas a la grandeza de una consciencia perturbada.

en este templo se ha sellado un pacto de lealtad, no somos tres: sino las que queramos ser.

miércoles, marzo 29, 2006

Ajedrez Humano... III Parte



"Ella... La Diosa Felina"



su imperio, arcano trazado tras el brillo de sus ojos, un paso atrás a la derecha del “tío luci”, ronroneaba como gata, subyugando desde su actitud inmutable de esfinge egipcia; sin embargo, su rostro angelical, ese aspecto virginal me impedía mirarla como una posibilidad -le gustas- era una espina, que él había clavado en mis certezas, su mirada felina, esos ojos que simulaban dos lágrimas en medio de un rostro casi infantil, alimentaba mis sospechas, ¿podría esconder estar diosa sombría una mente compleja y un alma perversa?

él habitaba un lugar subterráneo donde tiraba el tarot y daba remedios pa’l espíritu, él se había molestado conmigo y da lo mismo por qué… siempre discutíamos, era curioso pero al igual que con mi padre, nuestras peleas iban de la risa, a los gritos, de los gritos a las caricias… lo llamé desde un teléfono público del centro de extensión de la católica, después de clases, cuando dije –voy- respiró hostil… -ya- cortó.

cuando llegué ella abrió la puerta –sálvame- y se me lanzó al cuello, le miré la boca, pero no movió sus labios, la escuché tan claro; el monstruo estaba hundido en su silla de ruedas, seco, amargo, parecía una gárgola, lo besé en la mejilla, me di el trabajo de provocarlo hasta que se comenzó a defender, primero parecían excusas, se incorporó, comenzó a insultar, de ahí los gritos, cuando ya se parecía a “él” a ese que yo conocí en el colegio, nos miramos con la minina y nos reímos, cuando se dio cuenta de lo que estaba pasando, se rió con nosotras, más relajado y complacido nos regaló una sonrisa con rubor; ella estaba contenta, hace rato no lo veíamos reír, así que fue por unas cervezas, mientras él preparó otros tragos, siempre fue un excelente anfitrión, de temer eso si; entre copas y deslindes, las sombras en ese lugar sombrío se detuvieron, en un escenario trazado, esta vez el azar se pavoneaba en otro lugar, nos mareamos entre la vida y el vino

-¿dibujas para mí?... ¿escribes para mí?- ella estaba más resuelta y efusiva que nunca, (no me detuve de contener) –me gustas, no sé como ni por qué, pero está dicho- mi paranoia no me permitió disfrutar el momento, pensé que le aliviaba los malos ratos con él, que no eran pocos, que era la forma de no perderlo… jamás se me ocurrió pensar que yo le gustaba…

ella salió de la oficina, y él había escuchado parte de la declaración, la sonrisa no cabía en su cara –para mí, es el mejor momento, ustedes que son mis seres amados, se aman y ambas a mí… soy un hombre completo- su rostro era irónico, había perdido una pierna hace un año.

cuando la encontré, estaba sentada afuera del baño, en un pasillo oscuro, con los ojos cerrados, tal vez para no ser vista, pude apreciar la figura de esta diosa/sombra, mujer/felina, niña/fortaleza, por primera vez en conducta frágil –no se trata de él- hablaba como respondiendo a mis pensamientos -de hecho, en algún momento, seguro no estará, pero tú?... quiero estar contigo!, no trates de entender, yo no lo hago- le acaricié el cabello, su temblor fue mío y volvimos a la consulta, ahora éramos tres.

miércoles, marzo 22, 2006

Ajedrez Humano... II Parte

"Yo... Su Majestruosidad"

era el profesor de filosofía, y ostentaba de un repertorio de apodos tan sabroso como el mío, “su maldad”, “su energuminicencia”… pero su favorito: “el tío Luci” y le asentaba como a medida; por mi parte, yo gozaba con una carta de mitos y leyendas, diseñada por mis propios alumnos: “la abominable profesora del 5°”, en el dibujo era una sombra, en una mano un libro con el que los torturaba y en la otra una barita, abajo ratones blancos, por niños, las pobres víctimas de mis experimentos con sus dulces mentes… “mito urbano” y mi favorito: “majestruosidad”, que le hacía honor a mi sagrado bruno atuendo, está demás mencionar los apodos propios de mi carrera, porque todos saben, que uno invierte cinco preciosos años de estudios de pedagogía, pero en el patio siempre te titularás de: “la vieja de mierda” (y es casi un eufemismo)… en fin; éramos la pareja por naturaleza, unidos en la oscuridad de nuestras ropas, sentido del humor, y consciencia, aunque algún chistoso hizo el comentario, que nosotros jamás podríamos hacer el amor: SINO EL TERROR.

no pasaron dos semanas, cuando gozábamos de un código de miradas, sólo comparable al de las almas gemelas, todos se daban cuenta, así que sumamos enemigos de la nada; curiosamente él gozaba de mala fama entre las mujeres, fui testigo del comportamiento patético de más de alguna fémina, en evidentes ofertas rechazadas por “el monstruo”, como yo le llamaba con cariño, pero entre nosotros el concepto era “lealtad”, cruzamos alguna mirada calentona, roce, alguna mordida desprevenida… pero nada más, tal vez no lo entiendan, pero nuestra relación vagaba de lo intelectual a lo espiritual… ¡uf!

para mí, las cosas eran claras, me había enamorado, como no esperaba hacerlo, mi mundo se redujo a su mundo.

la tía del negocio y amiga de ambos, me presentó a “la minina”, la pareja del tío Luci, tenía cara de menor de edad, pasaba por su hija, sonreí mientras me desmoronaba, no pude evitar notar unos bellos ojos de gata, “genio y figura hasta la sepultura” es casi un grito de guerra, charlamos un buen rato, nos reímos y contamos algunas anécdotas, nada muy confidencial, cuando “él” llegó se sonrió como animal que se relame ante su presa, nos abrazó alegrándose por nuestro encuentro, agregando elocuente –serán buenas amigas-

desperté asustada, recordando su voz –tenemos que hablar- ese día le quité la vista, traté de no toparme con él, pero cuando me alcanzó en uno de los pasillos, se limitó apretarme la cara, respiro de mi aire y ladró –tenemos que hablar- lo que dijo luego, lejos de ofrecer una disculpa parecía un juego perverso –le gustas- me sentí mareada –quiero que me des un hijo- mi rostro debe haber reflejado un inmenso signo de interrogación –no respondas ahora, después de todo no tienes opción, piensa en la mezcla que somos y el producto que tendríamos- “MEZCLA”… “PRODUCTO”… para él no pasaba de ser una cruza, como la de los animales, importaba la estirpe, la mente… si tan sólo hubiera intentado persuadirme, seducirme; estúpida es poco, para explicar como me sentí, el tiempo pasaba y no sanaba ni de amor, ni de dolor y llegó el momento en que no pude evitar pensar –¿cómo sería un hijo/a nuestro?-

domingo, marzo 12, 2006

¿Profe no más?... ¡PROFE NO MÁS!... ¿Qué me dice usted?

-Tengo maña- fue casi con puchero.

-Pero vamos al cine, se te pasará, nos juntamos en el café de la rosa, pedimos un helado de esos groseros y de ahí pasamos a ver que dan en el Biógrafo- sonó un beso al otro lado de la línea y cortó.


Encendí el segundo cigarrillo, cuando la divisé venir, tuve tiempo para pensar: no sé qué me gusta más de ella, tal vez su aspecto impávido frente a mis estupideces y provocaciones, sus ojos de gata al acecho, o como se ilumina su cadera izquierda con la escasa luz de vela cuando no dormimos en casa, esa mezcla virginal de niña pervertida, o cuando excede su labio inferior (como haciendo puchero) poniendo ojos de pena y juntando sus dedos índices, imitando el icono del MSN… no lo sé, pero aquí estamos juntas otra vez, esquivando nuestros labios, con ansia por nuestras manos, nos observamos de reojo, nos reímos, comentamos nuestros blog, como se han ido perfilando y desperfilando, apostamos por escribir algo juntas, tal vez en un rato más, se terminó el helado.


-¿Caminamos?-


-¡Caminamos!-


Aún era temprano para pasar al cine, seguimos por Merced saltando libros, hasta que llegamos a una banquita frente al Bellas Artes, casi entrando al Forestal… croqueras en manos y plumas en guardia, ella me escribía y yo la dibujaba, para personas como nosotras no hay mañana, por eso no podía evitar sentir:


-me quedo contigo, así, ahora-.


Nuestros tiempos siempre eran mágicos, hasta que recordábamos el asunto de mi no empleo y su trabajo, su horario y mi diario bajo el brazo, en fin, entre minucias divisé que una pareja de jóvenes se acercaba, de esos con aspecto de beneficiarios de proyectos psicosociales, en los que suelo trabajar, en otras palabras un par de delincuentes juveniles, colecciono un par de anécdotas en sectores de Puente Alto y San Bernardo, con aroma a hechizas, platinas y otras hierbas.


-Nos van a asaltar- alcancé a murmurar a mi niña, sólo me miró.


Llegaron pavoneándose, él guiaba, pero ella daba las órdenes, así que me aferré a sus ojos tristes de niña con rabia.


-Qué hací?... Cuántos años tení?... Trabajai?... En qué?-... preguntaba él en desorden, mientras me daba la pega de responder todo lentamente.


-No soy muy joven pa’ ser profe?-


… casi le agarré cariño por eso –treinta años no es muy joven para ser nada-


-Yo soy ladrón, no me gusta que me manden, me tengo que puro salvar, por ejemplo, si veo dos señoritas como ustedes y les pongo la pistola en la cabeza y les digo que me pasen la plata-


(la compañera me miraba a los ojos, le tocó el hombro) -pero pa’ qué nos vamos a ir en esa, "la tía" es profe-


-ya poh, (levantó una ceja, como mostrando solía hacerlo) pasa la plata-


me sonreí, abrí el bolso hacia él comentando -para eso tendría que tener plata, y ando con un libro prestado (cuando le comenté a Lito casi grita, jamás me perdonaría si le pierdo algún libro del Rubem Fonseca) y mi croquera… no me quites el libro, por fa’.


Su compañera no dejaba de hablar de las profes mala onda que le habían tocado, que le habían metido la cabeza en un lavatorio y le tiraban las orejas y el pelo –uste’ le ha pega’o a algún alumno?-


-Jamás mi niña, jamás tocaría a un alumno- la miré y mientras le tomé una mano, le pregunté -¿Me crees?-


Como que no me escuchó, miró a su compañero –Vamos, hay que salvarse-


-Ya poh señoritas, ha sigo un gusto... (él me tomó del hombro) mire, usté, no es ingeniero, abogado… ni siquiera arquitecto; es profe no más, y en este país, los profes no tienen na’: CUIDESE- lo dijo con cariño y convicción, mientras en la mira ya tenían una presa pudiente que los salvara.


Miré a mi niña, que en el tira y afloja verbal, le había entregado los cigarros al no tan pendejo, -¡menos mal que pensó que también era profe no más!- nos reímos, aunque a mí ya no me causa tanta gracia.

martes, marzo 07, 2006

LA MÍA



-¿Te comenté que por teléfono me han confundido con un hombre?... bueno, el amigo de Pablo, no sólo creía que era un hombre, sino que un travesti; como no conseguí convencerlo del error, endulzaba su voz, hasta parecer una mujer medio putona, pero no una cualquiera: La Mía, mi puta.

Había estado casado, de hecho tenía una hija, la Javiera que tenía la misma edad que Andrés, mi hijo; cuando egresó de filosofía en el Peda, se dio cuenta durante la tesis, en esas inagotables noches de estudio, que le calentaban los “compañeritos”, creo que se tiró un par, pero no pudo seguir estudiando, ahí me pierdo en razones, él sólo dijo que no le interesó continuar, que su destino era ser maraca y que eso requería dedicación… a mí que más me da.

Después de toparnos incontables veces al teléfono, ya que vivía con un amigo en común, decidimos conocernos; una vez de frente, no pudo evitar la decepción en su rostro, yo era una mujer, y como tal, tampoco era lo que llamaríamos guapa.
Él vestía sobrio, pantalón negro, un sweater gris y zapatos negros; lucía el cabello sobre los hombros, lacios y evidentemente muy bien cuidados, tenía lentes de marco morado y le gustaba mirar sobre ellos; entre café y café, la conversación se tornó divertida, nos reímos mucho y vagamos por museos del mundo, óperas que conocía magistralmente, se nos hizo tarde y me invitó al departamento en donde me aseguró que no estaba Pablo; abrimos una botella de champagne, de esas que suben rápido a la cabeza, fría y burbujeante, como su risa; bajó las luces y la música se torno suave, se movía lentamente, era un hombre encantador, susurraba algo en francés, sonreía, se acercaba como animal al acecho, debo admitir que estaba cautivada, se acercó hasta respirar mi respiración, mordió el borde de mis labios, una y otra vez, posando suavemente su lengua que buscaba la mía, entre besos y mordiscos nos comenzamos a sulfurar, me tomó los hombros colocándome de rodillas frente a él, le ayudé a desabrochar cinturón y pantalón, y cuando su miembro estaba justo frente a mi boca, giró rápido poniéndose de espaldas y lanzándose en cuatro patas, dejando en su lugar un par de nalgas abiertas, blancas a rosadas, y en medio un orificio tentador, posé tímidamente mi lengua mientras lo escuchaba ronronear, se movía sutilmente hacia delante y hacia atrás, coloqué una de mis uñas suavemente dentro y sentí en su cuerpo un pequeño escalofrío, lo que me incitó a entrar cada vez más esta vez usando mis dedos, ambos nos incendiábamos, hasta que gimió -métemelo- uf, mi creatividad me jugó una mala pasada, quedé fría y en blanco, mi repertorio carnal (lengua, uñas y dedos) se había acabado, pero en un gesto iluminado, como si me leyera, me tendió un “dildo” de proporciones groseras, acaricié su espalda empujándolo adelante y abajo, balanceándolo varias veces, mientras el simulacro de pene africano (por las dimensiones) rozaba sus bordes, lo dejaba entrar egoístamente, lento y suave, sacándolo rápidamente, repetí el ejercicio varias veces, el tenía una risita nerviosa y demandaba una embestida, en ese momento lo coloqué como si fuera yo hasta el fondo, se estiró como en calambre, abrió la boca como para lanzar un grito, sin embargo de su boca nada sonó, me moví fuerte una y otra vez entre sus gemidos y aullidos; él suda, con una mano manejo la extensión de mi miembro artificial y con la otra mano cubro su nariz y boca impidiendo que respire por algunos segundos, se tensa, le quito la mano de la boca, casi sobre él, respiro en su oreja y le digo tiernamente.

–shhh, respira-

Agitado aún, vuelvo a cubrir nariz y boca, esta vez las embestidas son brutales, nuestros sudores son uno, él trata de respirar para morder dulcemente mi mano chupando cada uno de mis dedos hasta estallar.

Sentía en mi sudor el latido de su corazón… tal vez el mío, tardamos unos minutos en desprendernos e incorporarnos, él se arrastró hasta el sillón que estaba justo al frente y tomó una especie de pareo, cubriéndose desde el busto, estiró su mano hasta alcanzar esos cigarrillos café y delgados, encendiendo uno, me dejaba ver sus muslos y me coqueteaba mordiéndose el cabello, tatareaba algo en francés.

Cuando logré incorporarme, más borracha de caliente que de champagne, dijo:

-Yo tenía razón, eres un hombre, lo que pasa es que aún no te bajan los testículos- cuando lo miré, esbozaba una maliciosa sonrisa y con unos de sus dedos indicaba su frente, la cual besé.

martes, febrero 28, 2006

Amor de "niño"


...nunca miraba de frente, era incapaz de ver a los ojos a una mujer sin dejar caer las cosas y las palabras torpemente, de aspecto tímido y torcido, respetaba su senda como a un ritual, leche, cereal y algo de fruta, mamá le confiaba la compra del desayuno diario, lo único que podían compartir... y el silencio impenetrable de una mente como la “del niño”.

...la madre era lo único que tenía, carencia o certeza era recíproco; ella sólo abría la boca para maldecir a las mujeres, que le recordaban el abandono del que nunca fue su esposo.

...era una vieja letanía de una mujer vieja y cansada de todo, con asco por las mujeres, con rabia con los hombres... respiraba con dificultad, su piel era oscura y opaca, era difícil definir cuales fueron sus rasgos antes de las arrugas... caminaba como arrastrando cada uno de sus años en manda, el niño era lo único que retenía vínculo con un pasado que rozaba su imagen de mujer, todo esfuerzo con él era guarida de excusa mal trecha de vida.

...solo de vez en cuando, casi por accidente su mirada se cruzaba con la de su madre, no la escuchaba, no era necesario, reconocía el tono del mensaje, medio encorvado por sus no vividos cuarenta y tantos años, se dedicaba a escuchar, todo, era capaz de escucharlo todo, más allá de la voz de su madre, el movimiento de sus ropas al caminar, su propio latido, una gotera, su respiración, la de ella, ya no distinguía de dónde venían los sonido, eran nítidos, eran demasiados.

...-la tomé del brazo para acompañarla a su cama, ya no hablaba, estaba cansada, su respiración era aún más intensa, le saqué los zapatos y la ayudé a tenderse sobre la cama, hacía calor en esa pieza blanca, frente a ella, la ventana abierta provocaba un movimiento suave en las cortinas traslúcidas, me senté en la silla mecedora junto a mi madre, cayó lentamente en sueño profundo, acusado por un suave ronroneo, el aire la recorría y su vestido se dejaba recorrer, su respiración se agitaba en mi cabeza, su imagen era angelical, como el rictus sereno de un cadáver, era bella, me dejo rozar por la brisa, los susurros, mi mano se agita bajo mi pantalón, me inclino frente a ella, muevo mi boca entre sus piernas secas, ásperas... estropeadas, primero lento ...pierdo el control, coloco blanca almohada para no dejarme ver, abrazo fuerte, mientras me coloco dentro, la quiero una y otra vez, se mezclan mi sudor y su sal, sus huesos frágiles se aflojan soltando crujidos... sin necesidad de almohada beso boca amarga, que ya no emite sonidos-.

...-¡te quie-ro... mu-cho... m-a-m-á!-.

miércoles, febrero 22, 2006

La cueca de los tarros.

...ella temblaba casi inconsciente, su cuerpo estaba cubierto por un sudor frío y marcas color violáceo, tendida en el suelo divisó unas monedas, su anillo y un baño de polvo medio blanquillo que cubría el piso, sintió sus pasos, cerró los ojos, dejó de respirar para no hacer evidente su asco y temor; él se vistió despreocupado, silbando algo de Sanz, se inclinó frente a ella, le acarició el cabello y lamió su oreja –cuídate, Andrea-
...él sale
...me desarmo, lloro
...vomito, quiero arrancarme la piel
...lloro, el agua no borra su olor
... el agua no me devuelve el nombre -Mónica, me llamo Mónica-.

...las embestía como un señor, a su manera, algo inclinado, sentado en la cadera, con unos ojos soñadores, bajando un poco el tono, una invitación algo osada, siempre jugando, él no distinguía el juego del daño, su juego era dañar, disfrutaba haciendo sufrir; Andrea, era un canción dolorosa, que alimentaba su rabia, su veneno y su creatividad.
...él, enciende su cigarro, sonríe a una no tan mocosa de falda muy corta, el cortejo parece divertir a ambos
...él tararea, se acerca y sonríe, ella le corresponde... –“mira niñita, te voy a llevar”- le canta en susurro, –“a ver la luna, brillando en el mar”- ella sonríe nerviosa, él respira su aire y la besa mordiendo suavemente sus labios, ella tiembla y retrocede chocando con la pared, su respiración agitada lo sulfura, le mete los dedos a la boca mordiendo su cuello, ella intenta gritar, él la golpea en la cara, la besa con rabia, ella cae, se arrastra, él tararea.
...alguien los ve, no hay tiempo, se abalanza sobre ella como en trámite, mientras le susurra -Andrea- se levanta satisfecho, mientras ella se contrae en posición fetal.

...un golpe
...él cae...ella grita

...tenía la cabeza literalmente partida, medio aturdido despertó con el golpe en las costillas, bajó del auto, escuchó los insultos y las acusaciones sin entender, lo revisaron, lo golpearon y buenas noches.

... nunca había estado en cana y no pretendía permanecer mucho tiempo en ese lugar.
-señoritas-, les llamaban los guardias y sus compañeros sonreían y miraban al nuevo, -carne fresca- escuchó entre los dientes del más moreno, no debía estar ahí, no quería estar ahí.

...el agua es fría, pero no resisto la mugre, el lugar da asco, yo mismo me doy asco, dejo caer el agua, entrecierro los ojos para olvidar donde estoy, los abro, no hay luz, espero un momento.
...nada
...pasos
...silencio.

...un grito lejos,
...otro cerca, otro
...y otro,
...risas
...aplausos,
...primero suave,
...mi corazón se agita en ellos.

...un son de cueca, los tarros suenan en ritmo de cueca.

...voy a salir, el agua cae, el moreno me sonríe poniendo sus dedos en mi boca, lame mi oreja, me gira con fuerza, mientras susurra en mi oído
Andrea-.

viernes, febrero 17, 2006

manchas de GRIFOS



ella cruzó las piernas, estiró el cuello como pato bebiendo agua, respiró, levantó una ceja y me miró como quien ve un suministrador de agua para bomberos... me sentí amarilla por un momento, agregué casi distraída, que en realidad veía a dos y que se miraban entre ellos; no pretendo detenerme para hablar con esta niñita sobre mitología
que si no fuera porque el aire acondicionado de su consulta, deja ver a través de la blusa casi transparente, color verde pistacho, su falta de sujetador, no me habría detenido mucho tiempo... parece que mientras más se molesta de mí, más se erectan sus pezones de niña malcriada, recordando mi más tierno pasado, ¡tengo sed!...

sin embargo ella saca otra lámina de manchitas, esta vez de colores y se vienen a mi mente las palabras de mi hermano, pendejo vanidoso que entre una de sus “visitas” por la universidad, intentó estudiar psicología...

- cuidado con lo que ves y si en su defecto, no lo puedes evitar: CUIDADO CON LO QUE DICES -

a esas alturas frente a mi estaba una perfecta y sicalíptica bacanal... todos contra todos, entre carnes abundantes, algunas abiertas, miembros alzados y ninguna doncella; su mirada se clava en mis labios viciosos en pleno saboreo, como leyendo el gesto, sonríe provocativa, preguntando pero sin decir nada:

- mariposas, veo muchas mariposas - ella tragó saliva.

DADA


era tan hermoso que no lo lograba distinguir;
el aroma que sus prendas fatigadas desprendían,
bañaba mis ojos hasta la piedad,
de su espalda dos alas acariciaron mis sueños...
aún me guiaba, pero yo le extrañaba cada vez más;
triste, se alzó, como para respirar,
se estiró mucho, mucho,
sus brazos casi tocaban el rojo cielo,
abrió su boca como para vomitar su alma... y bostezó...
¡sí, bostezó!...

volvió a su estampa normal que al acto seguido sangraba.
volteó hacia mí su mirada, como si recién se hubiera dado cuenta de mi presencia,
se arrodilló a mis pies, miró al suelo y lo lamió con pena,
mientras no pude evitar sentir en voz alta:

¡MI PADRE!

...la tierra latió más fuerte

me miró, nunca me había detenido en sus ojos, eran tristes, perecía un niño asustado,
trató de decir algo, pero su rostro se fue poniendo duro y opaco,
como madera vieja, como roca y como tierra se deshizo...
la apreté para poseer,
no pude evitar su pensamiento, y recordé:


¡NO SOY DE AQUÍ!

jueves, febrero 16, 2006

ilimitado caudal del tiempo... sueño


no hay dolor
no hay cuerpo



(entre la tierra)


la raza espesa
saborea mis manos

sombras acechan
desde los árboles

sombras aladas
demandan mis ojos

...mi sed ciega de sudor
no tiene calma.

martes, febrero 14, 2006

ostento y declaro


...semblantes hendidos en ansias
carentes de respiro
que daña la razón en su espejismo
naturaleza perturbada
urgente

...y por mucho
inerte

pajareo entre estrellas apagadas
silencio de un latido tinto
divertido letargo
libertad de quien somete


amo a la varona
por sobre... sus vertientes

por debajo...
por adentro...
por allá...

(...sobre todo más acá)

...si no lo fuera
amaría
no
amarla


¡no te alejes más del suelo
diosa indecente!

no escuchéis las súplicas del cielo
quédate entre las bestias y sombras


y ostenta al que te mira
que tus manos son supremas aquí en la tierra
tanto como el vacío en el
A
B
I
S
M
O

viernes, febrero 10, 2006

sentencia



anido en deseos
las huellas que lamen tu senda
cavo abismo boreal
de vientre ciego de tus sentencias

desentraño verdad profana
de lazos que difieren
de mi diosa insolente

acaricio caricia en mi mano

peino entre mis dedos
escuetos, ineptos
blancos deterioros
refinados por el tiempo
(...únicos inmácula en la faz de la historia!)

Ajena a un cuerpo
inconsciente de su alma
encadeno mis manos
a tus vertientes
de virgen indolente

prurito de concubina
constante inconstante
para un nirvana horrático

(horro – horror - errático)

...exilio


...hay una fe de vértigo,
un vacío,
un ocaso de vía crucis
que sólo es peregrina en lo íntimo

una conmoción física
de lesión de algún juicio...
que cubre sus extensiones

desvelos sin presencias...
de cruz a huellas remedadas
que permutan la faz
de tu ausencia

como una grieta en el viento
se extiende tu corazón hambriento,
sentencia del silencio...
abrazo vicioso de almas,
dolor y miedo.

...dónde crece la raíz de tu amor?
...de mi dolor?
...de las ausencias?

...cuál es mi nombre si tú no estás?
si me borras la risa
...cómo sostengo tu mirada?

enséñame a latir un abrazo de sangre
donde las palabras pierdan sentido...

jueves, febrero 09, 2006

las grietas con manos

...sostienen el arrastre sátiro de las cuchillas del reloj

expiro

cúbreme con tu sed
cúbreme en la herida de tu vientre

desgrana mi corazón...
y te amaré mil veces

mi estirpe en tu veta
gime
arde
mutila

...daña la razón en su espejismo
naturaleza perturbada
urgente


...me falta vida para desear
cada extensión de tu mirada

miércoles, febrero 08, 2006

... espejo sin mujer


¿Quién se esconde en mi espejo?

desenredo fragmentos pulcros
contemplo este continente subyugado por las distancias.
sentidos huraños de contemplar sin merecer

mis miembros sin lazos hilan el espacio
desvelos sin memorias
mi vertiente púrpura,
canal de cada una de las jornadas que me precede

Roce de un latido inmutable de destierro
un continente ajado que nadie ve
árido desvelo de caricias


acopio de alma en ansias de “no me acuerdo”
de una savia que no perdura
con bordes secos de tus besos


desolado logro de un yacer sin reflejo
descanso sin tregua
descanso sin tiempo


...¿pero acaso tu sabes?
¿Quién se esconde en mi espejo?


... ¡si no hay de otra!

¡Ya!... si sé,
si sé...
tú última
maldición decía:
que terminaría
en la fosa común
¿qué más da?...
¡no te hagas el cartucho!:
¡siempre
nos gustó
la promiscuidad
de los cuerpos!

sombras


...sonrió con gratuidad, se detuvo junto al tiempo, masticó aire, de su boca nunca sonaron últimas palabras... cuando escapó de la noche, su espalda liberó un ave melancólica, como un mal augurio o tal vez un delirio... siguió al día como el preámbulo de un final esperado.

...rompiendo la niebla de confusiones, me levanto para acompañarla en el gesto... a cambio veo mi espalda, me levanto para aunarme, un vacío reemplaza el golpe de mi nuca con mi cara... ella ya no está en la habitación, un halo de tristeza ha impregnado las paredes.

...tenía un gesto rápido y cortado, como animal herido, se mojaba las manos en el retrete y con la humedad sostenía los movimientos de su cabeza dislocada, condenada en una conmoción perpetua y dolorosa.

...nunca descifró por qué no olvidaba el dolor, había sido la única certeza mientras recordaba su existencia y parecía haberlo hecho siempre; pero aún era generoso, lo único que nacía cada día en ese ángulo de su celda, como un brote, con ese aire de novedad, era el dolor, lo intuía... ya lo esperaba. Visitaba su cuerpo reducido en forma embrionaria en el suelo húmedo, entre sudor, orines y cansada de las voces de las sombras, en acunamientos crueles de canciones que nunca había escuchado... recuerdos forjados en la soledad.

...su mundo había desaparecido lentamente, como una indolente, pero inflexible contracción; la imagen al otro lado del espejo adornado por recuerdos ajenos... bajo sus pies la república de los que han muerto, su música era el rumor de todas las cosas.

...las paredes eran blancas cuando las sombras no la invadían, se esparcían en la habitación como líquido espeso, entraban en ella como una brisa sigilosa, era el susurro constante de un sino sin estrella.

...su cama siempre estaba dispuesta, como respetando un ritual que la acercaba a lo humano, sin embargo nunca dormía, se sentaba a sus pies y miraba sin ansia, sólo para detener su mirada en algo, en dirección a una pequeña ventana que iluminaba lánguidamente la habitación...

...cuando la encontré lo que golpeó mi corazón a cambio de la sorpresa fue un gesto desconocido en su rostro, como una sonrisa, sutil, un casi imperceptible rictus de tranquilidad, me quedé inmóvil, no sé cuanto tiempo, pudo ser un año, tal vez un segundo... en la tina ya no había vapor, su rostro rompía drásticamente con su blancura violácea aquel mar de sangre... besé la muerte como añorándola y esperé...
...sentado al lado del retrete con las manos húmedas...

invocación

me escondo en el bosque de mi niñez
desde aquí eres más
...oscuro
...intenso
...ajeno
¿Te espero?
...¡Te espero!

suspiros lanzados al vacío... como los ecos del dolor




venus de beso inclemente
larvado
severo
nata de látigo grosero

réquiem
por un grito
sin su dolor

corona a mi dominio escueto
de tus pequeñeces y mis
indulgencias
senda de tus deslices
ignominia de demonio que cautiva
holocausto de la muerte sin suerte
aria sin cadencia
de semblanza
sin su lanza
alzada y penetrada
sacristana del vacío de tu boca exacta

martes, febrero 07, 2006

Inmola

cuando el ángel despertó
con alas menores que su libertad
... volvió a dormir

entre profecías de caricias inútiles
de las muertes que residen en mi soplo
acuno sufrimiento
sembrado impropio
duerme niño
duerme ya

lino de sed que me cubre en tu ausencia
(...extravío disperso)
recuerdo que cesa mis alas
de libertades

duerme niño
...gritos sordos
(...sin aliento)

duérmete ya
alabanza
para cada dilatación
de tus ostentaciones.
quebranto de agonía que consagro

para no despertar
...abrigo el vacío
de un corazón que no sabe latir sin ti
mi pequeñez
en la verdad de tu palabra

duérmete niño
duérmete ya
¿que viene?...
...¿qué pasará?

sssshhh... duermo en ti
como sombra que emigra ...sin su sombra.

nanas para un demonio

un ramo
de gnomos te
escondió en esta
red de estrellas
SOSTENGO
N
A
D
A
DE TI
las violetas lloran en mi cabeza
esquema creado
por algún dios
Pabellón 3. Pieza 9
El Peral



lunes, febrero 06, 2006

soliloquio de un reflejo


abro y cierro los ojos con rapidez, abro y cierro los ojos con fuerza, abro y cierro los ojos con angustia. la casa me abraza hasta sofocar, se hace cada vez más pequeña; yo me hago inmensa, pesada, evidente, oprimida hasta la resignación.

abro y cierro, una y otra vez los ojos derrotados, abro lento... y los cierro rápidamente en cristales; puedo sentir el corazón en los párpados, golpes constantes que arden, el cuello rígido, una sensación interna de frío severo.

abro y cierro los ojos a la oscuridad, las piernas frágiles y sensibles a las pequeñas agujas que hieren incesantemente los pies quebradizos.

la casa se hace inmensa, los labios secos, partidos e hinchados, dejo de respirar por un momento, el pecho se dilata, trato de tragar y el ahogo se hace más doloroso... siento un golpe de aire en el cuello, seco en el paladar, amargo a los costados, cierro los ojos por impulso; logro tragar una bocanada de aire, amargo, ácido y duro, el rostro se humedece.

una corriente en la nuca, una brisa, inestabilidad desde mi espalda, vacío, como el latido de un abismo; sin saber, ni querer, ni poder, mirar.

una pesadez recorre mi cuerpo desde el suelo, los pies pegados al piso como parte de él, inseparables, me convierto en cemento, escucho el rumor opaco, lento, espeso, me recorre lenta y cruelmente, secando la piel en un soplo quemante...

tomo el aire en pequeñas porciones y lo escupo en forma intermitente, como para no descubrirme sin respiración.

abro y cierro los ojos, porque puedo abrir y cerrar los ojos, en una práctica hostil de sensaciones, a cambio de la inercia de mis piernas de cemento, piel de cemento, y la sangre espesa que aún late en esta coraza infame... extiendo sólo en mi mente, el recuerdo de la mirada tenue, lazos cortados con el mundo a través del cristal de las miradas.

abro y cierro tus ojos impávidos de no ser...

abro y cierro mis ojos al otro lado del espejo.

instrucciones frente a un florero vacío...


no puedo creer tanta falta de creatividad; como es eso de que en el lugar de un florero vacío, lo único que eres capaz de ver es: ¡UN FLORERO VACÍO!... es definitivo, eres un atentado terrorista en contra del más elaborado esfuerzo, y por supuesto, bien intencionado de fomentar, alimentar y originar, de ser necesario, la creatividad en esa cabecita carente del más mínimo esfuerzo de concebir imágenes, olores, sabores, texturas... en un lugar, por el sólo hecho, de no estar ahí.

te propongo a cambio el siguiente ejercicio:
Cuando veas el florero vacío, no veas una complicación: "ALBERGA UNA POSIBILIDAD”...

piensa en las flores que más te gustan... a mi me gustan las violetas, pero son muy pequeñas para un jarro... a otros les gustan las rosas rojas, son gustos... y a ti?... de ser necesario, tienes la opción de inventar una flor nueva, por ejemplo: una violeta con tallo largo y espinas como rosas, ¡tú decides!

concibe un aroma, que te recuerde los mejores momentos de tu vida y se lo regalas a tu flor; así tiene una característica y tú, buenos recuerdos... no es malo, una flor con el aroma de los quequitos que preparaba tu mamá al llegar del colegio en las tardes de invierno.

recorre mentalmente las texturas que más te gustan... ¿la piel de un alguien?... ¿el retazo de algún género en particular?... ¿aún te acuerdas de la textura de la sábana sucia que usabas de tuto?... por ejemplo.

siendo fiel a los sentidos, pensaremos que tiene un sabor; sin embargo: ¡NO TE LAS COMAS!... dejarías vacío el florero nuevamente.

sssssssssshhhhhhhh... si te acercas en silencio, tal vez las escuches crecer... ahora, si pones más atención, seguro las escuchas cantar: XUXUUUUUUUUUUCA... ¡las muy chacoteras!

ahora y lo más importante, ya que si bien las flores imaginarias son económicas, son mucho más exigentes que las otras, así que si ya era complicado cambiarles el agua/elemento, imagino que será mucho más complicado cambiarles el agua/etérea... ¡sin embargo has como que están vivas... en una de esas, logras no olvidar que tú también lo estás!...

¡SUERTE!

...EL REY DE CUANDO


un abismo en su mirada era la bitácora de los navegantes en su red de estrellas; tras sus ojos, la inmensidad del tiempo detenida en un instante... nacía un nuevo punto cardinal cada vez que él lo intuía... su gobierno, cabal arcano tras el velo de su faz.

a veces se dejaba ver para revelar el abandono de quienes suelen masticar falacias de amor... nunca veneró nada, nunca veneró a nadie... le despojaba al mar su imagen cada día... nunca heredada, pero siempre inmensa.

me dejé caer en su averno, como la lágrima que quema el rostro en su rastro salado y amargo, con mi corazón ungió su piel ajada de sueños olvidados y me posó suavemente en su trono petrificado de poder sin legado.

...entre su mirada y la mía no hubo retorno.

domingo, febrero 05, 2006

...medio lleno ... o medio vacío?




en el camino ha quedado el padre,
el hijo vivo, el hijo muerte;
rostros sin nombre y viceversa,
pocos buenos amigos y
muchos buenos desconocidos,
dos gatos, muchos recuerdos
…y aún no puedo quitarme la piel
…aún me llevo conmigo.
para Azrael, mi gata.
sin velitas ni fiesta, la vocación de animal viejo, me ha empujado a esta esquina de mi no/casa o lugar que habito: miro hacia atrás y hacia delante, esperando no ser volcada por ningún evento extraordinario, son treinta años no más... pero no menos.
el recuento anual es un ritual inevitable, esta vez intenté no estar despierta y no asistir a mi cumpleaños... pero nada, los amigos, no se abstienen de hacer sonar el teléfono y recordar con ánimo sádico, por supuesto: ¡Cambiaste de Folio!

...y aquí estoy, sola frente a la botella que pronto dejará de existir, pensando... ¿medio vacío?... ¿medio lleno?... ¡que más da!... aquí vamos por el otro vaso... la otra copa... y la otra taza: ¡tú me entiendes!

...tu fe de vaca abúlica



aburrido de los ángulos de mi espejo, frente a la mesa que sostiene mis movimientos, mirando una mirada cuadrada, salgo de los gritos que chocan en “mi caja, dulce caja”... pensando los ángulos del pensamiento, dibujados en forma lineal, como apunte infantil; me descubro en intento por romper mi escenario mental, esquema perturbado de sádico ritual... o el triste resultado de la pesadilla de algún animal inestable; después de todo, ellos carecen de ángulos, nunca entendí a que se refieren cuando hablan de los “brutos”...
y así, chocando con mi perspectiva, me encontré con la rumiante... pensé que me sonreía... detenido en su redonda mirada, me sumerjo en su órbita igual de profunda igual de extensa
yo pensaba que pensaba, con empatía clerical en mi mundo plano, determinado por la mirada, detenido en mi ya lento trayecto; pensé en su compasión que comenzaba a fastidiar; generoso con mi humanidad me planteo la posibilidad de no ser el objeto de lástima del curioso animal...

desde su órbita... redonda, rumiante y meditabunda, observo agraciado ejemplar, y por qué no, objetivo sensual de mi coqueta vaca, pero le miraba con el mismo énfasis y erotismo que a mí -no debe ser-

entonces, frente a tal indiferencia, la suya, la de él, la mía, la nuestra, desde mundos distintos, cuadrado y circular, mirando nada, masticando el tiempo, rompiendo cada cual su esquema, en el nombre del mundo interno, rompiendo sin saber que romper, mimetizados en un gesto abúlico de vaca revolucionaria, que piensa que piensa, cuando pienso que piensa, me sumo a sus ideas rupturistas, inconformes, en su nombre y el mío levanto mi imaginaria bandera redonda en mi mundo plano, por la sensatez de mi vaca cansada de solo ser vaca, de ser una bruta vaca, de mirada redonda, que nunca ha dejado de r-u-m-i-a-r...
y me detengo en su no discurso, y me detengo hablando sólo, sólo con una vaca, que ni siquiera tiene historia, solo un gesto, que sólo tiene intención en mi esquema cuadrado, y pienso que pienso, en su mundo redondo, de una vaca detenida en el extremo de su mundo, determinado por alambres de púas, y pienso, que como ayer el hombre se perdía en el horizonte de incógnitas, hoy mi vaca ha chocado con su estupidez de vaca, una simple y bruta vaca, sin otra extensión que su mirada, que carece de objetivo, de intención y de ángulos... como cualquier vaca.